Y todo se movió

El martes 7 de enero a las 4:24am el jamaqueo me levantó. Mire a mi alrededor, estaba entre mi hija mayor y la más pequeña en la cama, le digo a mi esposo que estaba temblando, se fue la luz y mi sueño por el resto del día. Par de horas después, las chicas ya se habían dormido nuevamente y yo estaba parada en el pasillo hablando con mi esposo cuando vi como la foto de su abuelo temblaba en la pared como si él quisiera salirse del marco.Me quedé quieta, mirando la foto hasta que se detuvo. Desde ahí mis sentidos han estado en modo de alerta. Par de días después, sentada en el sofá viendo la televisión y con la más pequeña enganchada a la teta, la del medio dormida en el mueble y la mayor entretenida en su tablet, sentí como todo se movía nuevamente. Miré y ninguna de ellas se dio cuenta, en un segundo decidí quedarme quieta y observar. Lista para actuar si hacía falta, pero no hubo necesidad. Y me puse a pensar, ¿qué he aprendido de mis reacciones? ¿Por qué tomé las decisiones que tomé?...